Los elementos manifiestan la expresión constitutiva de la naturaleza a través de las fuerzas originales de la misma.
Cada uno de los cuatro elementos tiene las siguientes correspondencias:
Cada una de estas fuerzas genera un estilo o forma del carácter de una persona, según predomine en su carta natal uno u otro elemento.
Los elementos nos dicen qué tipo de registro tiene cada persona para decodificar su entorno, sus propias energías y su realidad. En general, el fuego representa la voluntad y la acción, la tierra es la que da forma a la realización concreta, el aire representa lo mental, la comunicación, y el agua se refiere a la emoción y la sensibilidad.
En cada carta natal están presentes los cuatro elementos con predominio de unos sobre otros, de acuerdo a diversos factores astrológicos combinados con la historia genealógica de la persona y sus vivencias individuales.
En la interpretación astrológica de las cartas natales se realiza un balance de los elementos, observando cuántos planetas se ubican en cada uno de ellos. El balance de los elementos se completa con una mirada integral de la carta natal, teniendo en cuenta otras variables que expresen energías parecidas. A partir de esta interpretación se determina el énfasis o carencia de algún elemento.
En las columnas de la derecha e izquierda brindamos una somera explicación sobre el énfasis y el déficit en cada elemento.
Persona apasionada, creativa, vehemente, muy impulsiva, voluntariosa, luchadora, buscadora, egoísta, puede tener comportamientos violentos, conquistadora, deseante, tiene confianza en la vida.
Persona sin fuerzas, desconfiada, sin iniciativas, de poca voluntad, con dificultad para conectarse con su deseo, entrar en acción, definir o decidir.
Concreción, objetividad, capacidad para los detalles y el esfuerzo, son estructurados, tenaces, tercos, realizadores, prima el hacer por encima de lo mental y lo emocional.
Dificultad para plasmar o concretar sus planes o deseos, no ponen los pies en la tierra, no se esfuerzan, no saben poner límites, no bajan a la realidad.
Sensibilidad extrema, gran subjetividad, demanda, llanto, melancolía, nostalgia, introvertidos, telepáticos, capacidad para la poesía, bucear en su mundo interno, defensores de los pobres, salvadores del mundo.
Dificultad para registrar sus sensaciones y sentimientos, y menos aún los ajenos, son insensibles, serios, poco profundos, son más activos que emotivos, no son sentimentales ni imaginativos.
Comunicativos, analíticos, mentales, poco afectivos, chusmas, les gustan los libres, razonan lo que vivencian, son intelectuales, sonrientes, arriesgados e inteligentes.
Son desinformados, les cuesta poner en palabra, conceptualizar, conectar, comunicarse o hablar, no se vinculan, tienen pocos amigos, prefieren estar solos y trabajar antes que estudiar.